miércoles, 12 de octubre de 2016

Desbaratando mentiras (parte 3): Director de Biblioteca Nacional, en año 2012, reconoce que manuscritos del Archivo Cáceres, no se hallaban en bóveda; absolviendo de responsabilidad a trabajadores

Esta noticia puede resultar nueva para muchos; pero no para el entonces director de la Biblioteca Nacional, señor Ramón Mujica Pinilla. Sin embargo, a pesar de lo que mostramos a continuación, nos ha repetido hasta el cansancio, que los manuscritos del Archivo Cáceres, fueron sacados de la bóveda. 

El 12 de enero de 2012, Ramón Mujica firma la Resolución Directoral Nacional 006-2012, absolviendo de responsabilidad a varios trabajadores y disponiendo archivar el expediente respectivo. Además de establecerse que los manuscritos, no habrían estado ubicados en la bóveda. Literalmente el documento dice:  "... no se ha podido establecer fehacientemente, la fecha y lugar donde se encontraba la correspondencia de Andrés Avelino Cáceres, encontrada en la azotea de la Biblioteca Pública de Lima; antes de su hallazgo 15 de setiembre de 2010; en consecuencia al no poder determinar la fecha y lugar de ubicación; no se puede establecer responsabilidades de las personas ...". Es decir, se desconocía  y hasta ahora se desconoce, la ubicación original de los documentos hallados en la azotea de la sede de Lima.





Conviene también recordar, que la entonces Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios (CEPAD), encargada de las investigaciones; estaba integrada por 3 miembros. 2 de ellos eran funcionarios designados por la Alta Dirección, es decir con la aprobación o confianza del Director Nacional; y un tercero como representante de los trabajadores; el referido representante era un miembro del hasta ahora promocionado "sindicato mayoritario", que durante todo el tiempo contó con el favor de la entonces autoridad. Hacemos esta precisión, porque también se ha promovido públicamente la "complicidad" de comisiones investigadoras, del área de asesoría legal, funcionarios y áreas técnicas diversas; mostrándose el ahora ex-Director, como una víctima permanente, porque no prosperan las investigaciones y denuncias que ha formulado durante toda su gestión.  
  
Así como reportamos en una nota anterior (Desbaratando mentiras (parte 1): Los manuscritos de Arguedas, nunca estuvieron perdidos); desconocemos las razones que lo mueven a actuar de manera tan obsesiva y direccionada, contra los trabajadores de la Biblioteca Nacional. Peor aún, sorprendiendo a la opinión pública; abusando de la confianza que como autoridad y académico, otorgan a su palabra los medios de comunicación. Esperamos que en algún momento se aclaren las cosas, por el bien de nuestra primera institución cultural. Además del desagravio que a la luz de los documentos que vamos ofreciendo, corresponde debe ofrecer el ahora ex-director, a las personas a quienes durante todos estos años, ha expuesto públicamente, de forma tan negativa.

No hay comentarios: